13 julio 2009

Los anuladores



Emma Cerón Díaz

El principal objetivo del voto nulo fue y es cuestionar el quehacer político de todos los partidos. Cuando los partidos políticos no ven y no escuchan, obligan a la ciudadanía a recorrer nuevos caminos para protestar y hacerse visibles de alguna manera.

Quizás a muchas personas las convencieron para anular el voto. Pero hubo personas quienes estaban convencidas por iniciativa personal, la razón: la decepción y la inconformidad de la actuación del partido y de los políticos.

A pesar de que muchos analistas se esforzaron por dar buenas razones para no anular el voto, sólo atinaron a promover a votar “por el menos peor”.

Hoy, saben los políticos, que la ciudadanía tiene poder: El voto, y se puede poner en cualquier partido; pero ahora también saben que se puede anular.

El estado de Guerrero fue el segundo lugar donde hubo menos participación ciudadana en México: 32.38 por ciento, es decir, casi 7 de cada diez personas se abstuvieron de votar, más los votos nulos que fueron más que los votos que recibieron por separado el PT, el Panal o el PSD; de hecho, los votos nulos son la quinta fuerza en el estado.

Si los partidos políticos de Guerrero y en especial el PRD no reflexionan lo que el voto nulo y el abstencionismo representó para su partido, y no escuchan y no ven, entonces están en problemas, porque difícilmente recobraran la confianza de la gente.

Ya se ha hablado hasta el cansancio sobre el por qué el PRD perdió estas elecciones en nuestro estado; sin embargo, a estas alturas no se ve alguna propuesta coherente que dé alternativa nuevamente a las y los seguidores de este partido… ¿cómo decirlo…? aún no han encontrado ni las palabras, ni las iniciativas correctas para que la gente que creyó en el PRD tenga razones para volver.

Las y los simpatizantes están hartos de las divisiones internas, están hartos de la falta de acuerdos y compromisos; pero sobre todo, están hartos de la falta de congruencia.

Las y los anuladores, están presentes y darán su voto cuando encuentren a los políticos más sensibles a las opiniones y necesidades ciudadanas.

Ahora las y los políticos de todos los partidos tienen la palabra: Las urnas vacías o las urnas llenas, ¡está en sus manos!