23 mayo 2009

Tiempo de lluvia

Por fin llueve y ahora hay que prepararse para los nuevos eventos climáticos, económicos y políticos que enfrenta y enfrentará nuestro estado de Guerrero, en los próximos días.

Antes, un nuevo ciclo tenía un dejo de esperanza, por aquello de renovarse; sin embargo hoy día, un nuevo ciclo es toda una expectativa, todos pronostican pero nadie está seguro de nada.

Se pronostica sobre el calentamiento global, sobre la situación económica y sobre la política, pero lo interesante de ello es que los pronósticos son negativos en todos los terrenos.

Nadie duda que el calentamiento global ya está causando estragos en el medio ambiente y hay que prepararse para vivir de manera diferente ante estos cambios.

Se hablan abiertamente de nubarrones en la economía país, pero no comprendemos aún qué impacto tendrá en la vida de cada familia mexicana.

Y en política se habla mucho, pero tampoco nadie sabe para dónde va el país. El pronóstico es que regresa el PRI pero hay que preguntarse ¿qué PRI, el de derecha, el progresista o el de los dinosaurios?

Pareciera ser que este último es el evento menos importante, pero no es así, este es precisamente el que da directriz a los otros dos, el cómo se maneje la política es crucial para resolver y orientar las políticas públicas que impactan de modo rotundo en la vida de los ciudadanos pero sobre todo de las ciudadanas (no olvidemos que un puñado de legisladores hombres –principalmente- y, algunas mujeres optaron por el respeto del feto y condenaron a las ciudadanas a la muerte, al dejarlas en situación de vulnerabilidad extrema en manos del aborto clandestino).

Pero en tiempo de campaña las/los candidatos no proponen: Sólo opinan. El compromiso y la propuesta no existen, no se expone, no hay manera de saber por qué quieren ser nuestros representantes.

La opinión de los candidatos sobre el acontecer “político” se ha vuelto el tema de campaña, hoy es común que los reporteros vayan detrás de la “nota”, pero no de la nota de contenido político, no; les interesa el escándalo que vende, que deja ganancias y prestigios. Vender la noticia, es lo prioritario, para la mayoría de los medios de comunicación.

Por otro lado y a consecuencia de tanto fracaso ciudadano, (asesinatos, complot, fraude, falta de legalidad, crisis financiera, escándalo, violencia, etc.) no hay quién crea en comicios sin problema.
Los ciudadanos mmmm… los ciudadanos andan como vacas sin cencerro, es decir, PERDIDOS, muchos ya están en oferta “me vendo” a otros no les importa y unos cuantos sueñan que ahora sí, que después del 5 de julio, todo cambie. Tiempos de crisis sin duda, tiempo de lluvia.

Y no, “no es importante, pero llueve”

07 mayo 2009

EL IFE ANTES Y DESPUÉS DE LA INFLUENZA



Emma Cerón Díaz

Hace unas semanas (antes del virus de la influenza) Maria de las Heras publicó[1] que la credibilidad hacia el IFE había caído 12% en la opinión pública y consideró que se debía a dos razones: Una, es “el galimatías jurídico en que convierten los legisladores al COFIPE; y otra, porque han aturdido al electorado con las pautas publicitarias.” Seguramente así es, no cabe duda; sin embargo, creo que la falta de credibilidad a esta institución y a sus consejeros comenzó desde el momento en que no hubo seguridad en los resultados de la elección presidencial del 2006 ¿se acuerdan de la consigna “voto por voto”?

Creo que ese fue el inicio de la mala imagen de Instituto Federal Electoral. ¿Cómo olvidar ese “desliz”? No es gratuito que hoy el IFE sea un instituto que esté a la baja en credibilidad y que sea justo ahora que se presentan las elecciones intermedias para diputados del Congreso de la Unión, que su reputación sea tan baja. Ya varios analistas políticos comentaron que la determinación de negarse a contar voto por voto tendría repercusiones y que era un retroceso para la democracia en nuestro país.

Hoy a fuerza de una lluvia de spot en los medios de comunicación quieren ganar algo que ya está perdido. Y aunado a ello, la mala posición que han conseguido también los diputados, seguramente marcará las elecciones de este 2009.

Si la ecuación es: falta de credibilidad de las instituciones electorales; mala reputación de los diputados y, el regreso del PRI “recargado”, el resultado en lo que se refiere a la participación ciudadana, seguramente no será halagadora”

Cada spot del IFE y de los partidos políticos en los medios, se han vuelto un “dolor de cabeza” Yo apago el sonido de la tele, o ese momento lo uso para dar una vuelta por otras estaciones, pero lo peor es que le cambias y seguramente encuentres otro promocional del IFE.

Otros fueron los momentos que ser observador/a; fue realmente una tarea que asumíamos con gusto, pero hoy, es realmente impensable ¿para qué? si la experiencia nos ha enseñado que ser observador es uno de los mecanismos por el cual se justifican resultados.

A mí me da hasta coraje imaginar ser observadora, ¿Qué veo? ¿Cómo se pelean los integrantes de los partidos? ¿Cómo se hacen las tranzas: la compra de votos, los acarreos? ¿Cómo el IFE se hace que la virgen le habla? Y que sólo me quede la experiencia y la amargura de contarlo. Pufffff no, que flojera, mejor que alguien me diga ¿hay una buena película que me recomienden para ese día?

Ah y no, no es cansancio como dicen los promociónales, es hastío.

[1] http://www.demotecnia.com/Demotecnia.htm
19 de abril de 2009

01 mayo 2009

Guerra de Correos


GUERRA DE CORREOS

Emma Cerón Díaz

¡Ayyyy esta influenza!, nos tiene atrapados en una guerra de correos: los que creen y los que no creen que exista un virus

A mi correo llegaron tres tipos de documentos: Uno que dice que es una argucia política; otro explica que es un virus peligrosísimo, y uno más indica cómo abatir y prevenir el contagio. Así mismo se escucha que “es una estrategia panista para que nadie se bese” hasta “…lo que pasa es que no nos quieren decir qué en realidad es muy peligroso”

Lo interesante de estos discursos, es que muestran lo desconfiados que somos los mexicanos. Y es que ya tenemos experiencia, la cual se encuentra en toda la historia del país: mentiras, complot, historias inconclusas, secretos, imposiciones, en fin.

Ahora no se confía en las autoridades, no se confía en las instituciones, no se confía en los políticos ni en los funcionarios; es decir, no confiamos prácticamente en nada y en nadie.

Lo cual significa que nuestra sociedad está rota, por el lado que la veamos. Las opiniones se dividen en dos o más bandos. Cada tema, cada acción… cualquier cosa, tiene una calificación y una descalificación tan exaltada, que pareciera que en ello va la vida. Y quizás por eso nos aferramos a nuestra creencia, a nuestro punto de vista, a nuestro equipo, lo que trasciende muchas de las veces hacia la intolerancia y la discriminación. ¡Cuidado!