07 mayo 2009

EL IFE ANTES Y DESPUÉS DE LA INFLUENZA



Emma Cerón Díaz

Hace unas semanas (antes del virus de la influenza) Maria de las Heras publicó[1] que la credibilidad hacia el IFE había caído 12% en la opinión pública y consideró que se debía a dos razones: Una, es “el galimatías jurídico en que convierten los legisladores al COFIPE; y otra, porque han aturdido al electorado con las pautas publicitarias.” Seguramente así es, no cabe duda; sin embargo, creo que la falta de credibilidad a esta institución y a sus consejeros comenzó desde el momento en que no hubo seguridad en los resultados de la elección presidencial del 2006 ¿se acuerdan de la consigna “voto por voto”?

Creo que ese fue el inicio de la mala imagen de Instituto Federal Electoral. ¿Cómo olvidar ese “desliz”? No es gratuito que hoy el IFE sea un instituto que esté a la baja en credibilidad y que sea justo ahora que se presentan las elecciones intermedias para diputados del Congreso de la Unión, que su reputación sea tan baja. Ya varios analistas políticos comentaron que la determinación de negarse a contar voto por voto tendría repercusiones y que era un retroceso para la democracia en nuestro país.

Hoy a fuerza de una lluvia de spot en los medios de comunicación quieren ganar algo que ya está perdido. Y aunado a ello, la mala posición que han conseguido también los diputados, seguramente marcará las elecciones de este 2009.

Si la ecuación es: falta de credibilidad de las instituciones electorales; mala reputación de los diputados y, el regreso del PRI “recargado”, el resultado en lo que se refiere a la participación ciudadana, seguramente no será halagadora”

Cada spot del IFE y de los partidos políticos en los medios, se han vuelto un “dolor de cabeza” Yo apago el sonido de la tele, o ese momento lo uso para dar una vuelta por otras estaciones, pero lo peor es que le cambias y seguramente encuentres otro promocional del IFE.

Otros fueron los momentos que ser observador/a; fue realmente una tarea que asumíamos con gusto, pero hoy, es realmente impensable ¿para qué? si la experiencia nos ha enseñado que ser observador es uno de los mecanismos por el cual se justifican resultados.

A mí me da hasta coraje imaginar ser observadora, ¿Qué veo? ¿Cómo se pelean los integrantes de los partidos? ¿Cómo se hacen las tranzas: la compra de votos, los acarreos? ¿Cómo el IFE se hace que la virgen le habla? Y que sólo me quede la experiencia y la amargura de contarlo. Pufffff no, que flojera, mejor que alguien me diga ¿hay una buena película que me recomienden para ese día?

Ah y no, no es cansancio como dicen los promociónales, es hastío.

[1] http://www.demotecnia.com/Demotecnia.htm
19 de abril de 2009

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