15 abril 2009

(Pintura de Paulina Altuna)



La clase política y el compromiso con las políticas

de salud y derechos sexuales y reproductivos.

El embarazo no deseado y el aborto clandestino son fenómenos que al parecer seguiremos mirando día con día en la mayoría de los estados del país, pero sobre todo en los estados, como el nuestro, donde las condiciones económicas y sociales son de tan bajo nivel que la razón no alcanza para comprender la importancia de fomentar y practicar una buena salud sexual y reproductiva, en tanto existen cosas más importantes que atender.

Lo primero, para la mayoría de la gente, es afianzar los medios de sobrevivencia: la economía familiar, la alimentación, la educación básica y la salud de emergencia, es decir, aquella temática que es esencial para sobrevivir en medio de la crisis económica.

En el presente proceso electoral de elecciones federales intermedias la mayoría de las y los políticos en Guerrero, oferta en primera instancia sólo su buena voluntad para mejorar las condiciones de vida de una población tan necesitada. El compromiso hasta el momento, plasmado en una propuesta política e ideológica a través de un plan de acción, no es tema de los políticos guerrerenses, las declaraciones giran en torno a los espacios obtenidos y los espacios por obtener; dicho de otra manera: la confrontación política electoral se circunscribe al espacio de la descalificación entre partidos, y no en la perspectiva de la defensa del interés social como representación popular a la que aspiran.

Y en medio de este mar de declaraciones no se ve por ningún lado la preocupación por las cosas cotidianas de todos los días, que impacta en la población y tiene repercusiones económicas, políticas y sociales; y entre ellas, las políticas en salud y derechos sexuales y reproductivos que, para decirlo claramente, siguen en manos de la gente política conservadora que no le interesan las muertes de mujeres por abortos clandestinos, cuestión cotidiana que se traduce en la mayor de las veces en muertes maternas.

Hoy podemos constatar que la clase política en general ha dado un paso hacia la derecha y ha priorizado el derecho del nonato, sobre el derecho de las mujeres. En particular el PAN, el PVEM y el PRI en los estados del Norte del país, han promovido la defensa de “la vida” A ellos les pregunto: ¿lo importante es nacer o vivir?... Cientos, miles de niños en la calle y de la calle, ¿es lo de menos? Pues resulta que esos cientos y miles de infantes no deseados que nacen en el desamparo físico o emocional, son los futuros ciudadanos que harán Patria y que encuentran su futuro entre el ser delincuente o ser policía corrupto, como muchos estudios lo han demostrado.

Los estados del norte de nuestro país como Sonora, Baja California y Colima han modificado sus Constituciones para criminalizar el aborto y al parecer en el Sur también Quintana Roo esta en este mismo proceso.
En Sonora, que el 21 de octubre del 2008, presentó la iniciativa de modificación del artículo 1 de su Constitución para "proteger la vida desde la fecundación hasta la muerte" y que su aprobación es casi un hecho, en tanto 43 municipios de 72 han dado visto bueno a la reforma.

En ese mismo tono se expresaron los diputados en Baja California, con votos del PAN, PRI, PVEM, PRD (dos votos), Encuentro Social y Nueva Alianza, se modificó “el artículo 7 de la Constitución local y deroga las causales permitidas para la interrupción legal del embarazo en el Código Penal, penalizando el aborto por violación (aún en niñas), por peligro de vida de la gestante, malformación del producto e inseminación artificial forzada.” (CIMAC, abril de 2009)

En Colima, también reporta CIMAC, “los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM), modificaron la ley para que la interrupción del embarazo sea castigada penalmente. No importa que la gestación sea consecuencia de una violación o producto de inseminación artificial o tenga malformaciones congénitas o corra riesgo de muerte.”

Estos son tan sólo algunos ejemplos ¿de lo que esta por venir?

En nuestro estado el año pasado se presentó una iniciativa para la legalización del aborto. Hoy esta iniciativa, al no ser dictaminada en el ejercicio de la Legislatura en la que se presentó, ha causado archivo definitivo, lo que significa que el procedimiento debe iniciarse nuevamente. Sin embargo, las condiciones políticas en el Congreso en el estado de Guerrero, ahora son diferentes. En la presidencia de la Comisión de Equidad y Género, se encuentra una panista que por mucho que sea conciente de la problemática de las mujeres, en lo que se refiere a los abortos clandestinos, creo que no promoverá ni dará lugar a la ley que permita el aborto legal.

¿Cuántos años deberán pasar para que en nuestro estado legalice el aborto? Ahora más que nunca, creo que la moneda –que debería decir “esta en el aire”- más bien está perdida. Si acaso –nuevamente- se ocuparán (desde las instituciones) de las muertes maternas sin abordar el tema de los abortos clandestinos que son la causa de muchas de esas muertes de mujeres indígenas y mestizas, de pobres y de ricas, de creyentes o no.

Nuevamente el cuerpo de las mujeres es un campo de batalla donde los y las diputadas hacen del quehacer político su quehacer personal, donde la importancia del tema a abordar radica en el conjunto de la política de cada partido primero y, segundo, desdeñar la problemática del aborto.

El hecho cotidiano del aborto en las mujeres, como siempre, se seguirá haciendo desde la clandestinidad y de manera personal; es decir, solas, y muchas de las muertes maternas seguirán en el subregistro

“He conocido muchas mujeres que abortan y son católicas, no lo dicen, lo hacen de manera clandestina, son muchas y luego andan diciendo que no al aborto” (Abril de 2009. Anónimo)

Yo aborto, tú abortas y todas y todos callamos
Emma Cerón Díaz

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